Ella, sobreviviente, valiente, resiliente,
guardó sus miedos en el nochero,
cantó a la luna, rezó sus credos,
en su almohada navegó tempestades,
y mostró calma al mundo entero.
No existen voces, están dormidas,
solo el silencio quedó en su vida,
miró a sus hijos y en contemplación,
gritó te quieros ahogados en aflicción.
Ella se levanta y ve la vida con gratitud,
se sirve un té y se sienta con sus monstruos,
convoca en charlas al mensajero,
le dice, "escucho, habla primero”.
¿Para qué has llegado sin avisar?
Siéntate ahora, querido amigo,
ahora te escucho, ya no hay afán,
quiero que sepas que puedes irte,
he decidido que sigo firme.
Amo mi vida y tu misión ha terminado en remisión,
mi espíritu es fuerte, y mi corazón un escudo,
cada día es un regalo, un despertar,
y en la travesía de mi vida, encontré mi salvación.
Ella, certeza en cada amanecer,
sus cicatrices cuentan historias de fe,
enfrentó la tormenta y la dejó atrás,
ahora camina libre, y su fuerza nunca se irá.
-Silvana Valenti
#USLitElectronica2021
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